La huelga comenzó el 10 de abril. Poco después, la empresa echó a una veintena de trabajadores, lo que enquistó la situación. Comisiones Obreras, único sindicato representado en la mina, apostó desde el principio por negociar sin despido alguno. Uno de los momentos de mayor tensión de este conflicto laboral se produjo en el mes de octubre, cuando fueron retenidos en las instalaciones de factoría una decena de directivos de Crimidesa, que fueron liberados horas después. Puede que el principio del fin de tan largo desencuentro se produjera un mes más tarde, cuando el día 6 de diciembre 90 mineros iniciaron una marcha a pie desde Cerezo con destino Madrid.
Bautizada como la "columna del sulfato", su llegada a la capital el día 18 fue un acontecimiento sin parangón. Se calcula que cerca de 100.000 personas recibieron a los mineros. Allí, el líder de CCOO, Marcelino Camacho, ante la multitud enardecida, realizó unas manifestaciones históricas: «Crimidesa es el Fuenteovejuna de la democracia». Los trabajadores reclamaron al Gobierno su mediación en el conflicto. Tras múltiples negociaciones, los mineros regresaron al trabajo a finales del mes de enero del año siguiente sin que los empleados consiguieran lo que pretendían: se confirmaron cinco despidos y no se atendieron algunas de sus reclamaciones. Pero las tensiones no cesaron, menos cuando, dos años después, fueron condenados varios obreros por la retención de los directivos de la empresa. En febrero del 83 se firmó el convenio por cuatro años con la satisfacción de ambas partes.
Extraido del Diario de Burgos.
http://www.diariodeburgos.es/noticia.cfm/Local/20111102/fuenteovejuna/democracia/D22DC216-BF51-6F8F-07DFAF13ABD3F5EA
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