Mancomunidad Castellana fue un proyecto, que no se llegó a formar administrativamente, de crear una mancomunidad de diputaciones provinciales de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva.
El 18 de diciembre de 1913 Alfonso XIII sancionó el Real Decreto de Mancomunidades Provinciales.1
A pesar de que la ley era aplicable a la totalidad de provincias
españolas, finalmente sólo las cuatro provincias catalanas hicieron uso
de ella, formando la Mancomunidad de Cataluña.
A raíz de la creación de la Mancomunidad de Cataluña
el 6 de abril de 1914, creció en Castilla el sentimiendo de alcanzar el
mismo estatus político que Cataluña. Pero ya antes de la creación de la
mancomunidad catalana, el 4 de enero de 1914 y a propuesta del
Presidente de la Diputación de Valladolid, se debatió con varias provincias "para constituir la Mancomunidad Castellana". Aquel mismo año, el 13 de julio de 1914, la Diputación Provincial de León acordó apostar por la Mancomunidad con estas palabras: "1°.
La mancomunidad con el mayor número de provincias castellanas,
procurando se denomine de Castilla y León: 2°. Que las Juntas generales
se celebren cada año en una de las provincias mancomunadas: 3°. Que la
Comisión o Consejo permanente tengan representación en él las provincias
de mayor número de habitantes, y 4°. Nombrar representantes de esta
Diputación a los Sres. Argüello, Gullón, Domínguez Berrueta y Presidente".2
Dos años después, en abril de 1916, el diario burgalés La Voz de Castilla abrazaba la causa regionalista castellana adoptando el subtítulo de órgano defensor del regionalismo castellano, que conservó hasta su último número en 1921.3
En 1914, el santanderino Leopoldo Pardo, en el Boletín de
Comercio de Santander, se manifestaba a favor de que la antigua
provincia de Santander se mancomunara con las provincias hermanas de
Burgos, Salamanca, Soria, Zamora, Avila, Segovia, Palencia, Valladolid,
Santander y León.4
Años después, en 1923, José del Río «Pick» fue el mayor exponente de la tesis castellanista en Cantabria, aquella que defendía la vinculación de la provincia de Santander dentro de Castilla la Vieja con la poblicación de los artículos "El problema regional: Necesidad de la provincia en Castilla la Vieja"5 y "La personalidad de Santander. Castellanos por interés y por amor".6 Sobre la integración de la provincia de Santander en la Mancomunidad, afirmaba: "Pero
esta tendencia nuestra a la Mancomunidad de Castilla no supone ni puede
suponer que nuestra personalidad regional pueda ser absorbida. La
Mancomunidad Castellana, si se establece, debe ser una federación de
comarcas de abolengo castellano en la que cada una conservará sus
particularidades propias. Santander, asimismo, con vida regional en sí
misma pero dentro de la gran familia castellana (...)".7 En 1933, Elofredo García, alcalde de Santander, afirmaba que el Santander era el puerto único y natural de Castilla y el desarrollo económico castellano "el principio de la futura autonomía regional".8
La Diputación Provincial de Madrid, previo acuerdo tomado el 2 de diciembre de 1918 en Burgos por las diputaciones de las provincias castellanas (Mensaje de Castilla), hizo una propuesta de creación de la Mancomunidad Castellana.9
Pocos días después, en enero de 1919, algunas diputaciones castellanas
reunidas en Segovia dieron algunos pasos para constituirse en autonomía regional. El resultado de sus trabajos fueron las Bases de Segovia.10
En aquel mismo año de 1918, el escritor y economista ciudadrealeño Francisco Rivas Moreno, en El Regionalismo en La Mancha, se mostró partidario de que Castilla formara una región. En este sentido afirmaba: "De absurda califico la afirmación de que Castilla no puede formar región porque carece de dialecto".11 El mismo autor, al inicio del citado libro, se declaró hijo de Castilla afirmando lo que sigue: "Para
los hijos de Castilla, la idea de Patria está colocada en el altar de
las más puras adoraciones, y el mayor placer es ofrendarla todo linaje
de sentimientos nobles y de acciones generosas, anhelosos de ver a la
madre común disfrutar de grandes prosperidades".12
La creación de la Mancomunidad Castellana no prosperó, pero años después, en 1926, el burgalés Gregorio Fernández Díez
se mostró partidario de la mancomunación de las provincias castellanas
para acometer proyectos de interés común para ellas en su libro El Valor de Castilla.13
He copido este artículo de la Wikipedia ya que me parece de interes general para el castellanismo.
------------------------
Muy interesante y actual, a pesar de qué han pasado 100 años. Clara muestra de que aún se sigue sin encontrar el modelo y que ignorar a Castilla en esa búsqueda no ha traído ningún tipo de solución, más bien al contrario
ResponderEliminarPor la diversidad de las 17 provincias, yo defendería una Mancomunidad de Castilla y León, con tres regiones: País Leonés (3 provincias), Castilla la Vieja (8 provincias) y Castilla la Nueva (6 provincias). De este modo, dentro de Castilla y León tendrían cabida las particularidades de cada región.
ResponderEliminar