
Pero esta misma aventura la realizaron otras personas anónimas que la historia no ha sabido cuidar y que vivieron la misma aventura. Entre ellos podemos encontrar a varios castellanos.
El primero fue un grumete que se llamaba, Juan de Santandrés, o de Santander que era de Cueto (a 3.5 km de Santander).
Aparte semanas más tarde de Elcano llegaron los doce hombres que habían sido hechos prisioneros en el archipiélago de Cabo Verde por los portugueses, a la hora de ir a las islas a por comida y agua y que fueron puestos en libertad por la mediación del emperador Carlos V.
Entre ellos había dos castellanos más, Simón de Burgos que era preboste (persona que en un determinado ámbito político, económico, profesional, etc, tiene una posición de gran poder e importancia.), y Juan Martín de Aguilar de Campóo y que era supernumerario.

Años después llegarían parte de la tripulación que al igual que los de Cabo Verde fueron hechos prisioneros por los portugueses en las Molucas. Entre ellos se encontraría el castellano Gonzalo Gómez de Espinosa.
Gonzalo Gómez de Espinosa era un hidalgo de Espinosa de los Monteros (Las Merindades) y a la muerte de Magallanes y Duarte Barbosa (el sucesor de Magallanes); fue elegido en Mindanao jefe de la expedición, la cual contaba solamente con dos naves, en la que Elcano quedo como capitán en una de ellas.
Durante el viaje y debido a que la nave de Espinosa navegaba muy mal y peor que la de Elcano, pacto que la nave de Espinosa se quedaría en Tidore (Indonesia) para arreglarla y volver por el Pacífico hasta Panamá mientras Elcano con su nave debía cruzar el Indico rumbo a Castilla. Es decir, que sí la nave no hubiera tenido que ser arreglada o se hubieran cambiado las naves, ya que Espinosa era el capitán de dicha expedición tras la muerte de Magallanes-Barbosa, hoy se podría hablar de que la expedición la llevo a cabo un natural de las Merindades, pero la historia fue otra y su cruce por el Pacifico no fue nada idílico y poco cargada de gloria. Tuvo que aguantar enfermedades, hambre, olas gigantes, tormentas y la destrucción de parte de su nave. Arrepentido de la decisión volvió a Tidore para arreglar la nave y volver por el Indico a Castilla pero fue hecho preso por los portugueses y a él y a la tripulación les obligaron a hacer trabajos forzados. De Espinosa paso por las cárceles de Tidore, Java, Malaca (Malasia), Cochín (India) y la del Limonero en Lisboa donde el rey Carlos I consiguió rescatarle y nombrarle visitador y capitán de las Indias.
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